martes, 18 de enero de 2011

"Lágrimas de Luna" Cap.2

I


Suspiré. Doce años me parecían muy pocos como para llevar tantas muertes a cuestas. Poco a poco me había ido quedando sin familia y la luz de la esperanza cada vez era más tenue, hasta que apenas podía ya iluminarme con su mortecina luz. Podía sentir como los sentimientos bullían en mi interior. Me odiaban por no dejarlos fluir, por lo que se amontonaban y gemían con furia, golpeándome el estómago. Mis demonios me atacaban continuamente y se burlaban que mí, que más parecía una muñeca de porcelana que una persona.
Aunque había vuelto a la luz del día e incluso a sonreír, la soledad me sentaba fatal y no podía evitar recordar a Karen en el ataúd, como si sólo estuviera dormida. A veces imaginaba que ella estaría con nuestros padres y que eran muy felices allí dónde estuvieran y no podía evitar querer reunirme con ellos.
A pesar de todo, Selene y Lucas seguían visitándome cada tarde desde el fallecimiento de Karen, para intentar animarme un poco. Se lo agradecía de todo corazón. Según Selene, había llegado al agujero de mi donut y que ahora me sentía confusa y triste, pero cuando siguiera mordiendo y engullendo felizmente, todo volvería a la normalidad. En esos meses trágicos, agrandé mi amistad con Lucas, que en fin de semanas, ya entrada la noche, se quedaba conmigo cuando Selene tenía que irse de mala gana a las siete de la tarde para cuidar de su hermano pequeño.
Lucas traía la guitarra consigo, pues sabía que me encantaba escucharlo tocar y se había aprendido los acordes de “Your Call” del grupo Secondhand Serenade expresamente por mí, porque sabía que era mi canción favorita. Nunca entendí por qué se quedaba hasta tan tarde sólo por mí. Y una vez, mientras él tocaba la canción, haciendo vibrar las cuerdas con dulzura, se lo pregunté.
-Silver.
-¿Sí?- inquirió sin parar la música, dándole un ambiente precioso y agradable a la habitación. Cuántas veces he querido recrear ese momento en mis oídos, pero sin él tocando, la música no suena tan bien.
-¿Por qué lo haces?
-¿El qué?
-Ya sabes, quedarte aquí por mí.
-¿Ha de haber un por qué?- preguntó con una dulce sonrisa- Además, tú misma lo has dicho. Lo hago por ti.
Huelga decir que esa frase jamás la he olvidado y que deseé mil veces que me la dijera todas las noches. Pero a Silver sólo le salen las cosas del alma una vez al día, según dijo en una ocasión, y que si las repetía, parecía sobreactuado.
De nuevo, todo parecía haber vuelto a su cauce. Pero, pobre de mí, no podía estar más equivocada. Jamás olvidaré ese día, 20 de junio, en el que se me partió de nuevo el corazón.

Ese día, Jennyfer estaba enferma y no pudo ir al colegio, pero yo ya sabía de sobra el camino, aunque se me hizo raro no ir hablando con ella. Caminé por las calles desiertas y frías, con las manos en los bolsillos de la cazadora y la mente muy lejos de allí. Cuando llegué a clase, Selene no me esperaba en la puerta. Preocupada, miré en el interior, pero tampoco la divisé.
Con la esperanza de que tal vez sólo se hubiese retrasado, me senté en mi sitio. Ya estaba en primero de educación secundaria y nos habían cambiado de clase. Ahora no estaba al lado de Selene, que estaba un asiento hacia tras en diagonal y las mesas estaban separadas, formando cinco filas perfectas. Yo estaba pegada a la pared. Delante de mí se sentaba una chica llamada Izzy, que no solía hablar mucho, detrás tenía a otra chica llamada Shelby, que había entrado nueva ese año y a mi lado estaba Samuel, un chico en el que no me había fijado mucho pero que, ahora que me dio por mirar, era guapísimo.
La profesora de literatura entró con su característico paso elegante que casi la hacían parecer de la aristocracia. Cuando cerró la puerta tras ella, mis esperanzas de ver a Selene cruzando rápidamente la puerta se desvanecieron en el aire.
Era la primera vez en todo el año que mi amiga faltaba a clase y, aunque me ha extrañado muchas veces que nunca se pusiera enferma, esto me parecía más raro aún. El día, sin embargo, transcurrió rápido aunque en los cambios de clase me sentía un poco incómoda estando en silencio, sin Selene parloteando a mi lado.
Gracias a Dios, Silver no se había puesto enfermo aquel día y pasamos un recreo de lo más normal, comentando lo difíciles que eran los exámenes de ese curso y de que pronto sería el cumpleaños de Selene.

Me sentía con el estómago revuelto al llegar a casa y apenas probé bocado. Subí a mi habitación y encendí el flexo de mi escritorio, pues el día estaba muy nublado y no se veía muy bien.
Los deberes de aquella tarde me resultaron más complicados que nunca o puede que se debiera a la sensación de malestar que había tenido todo el día. Tuve unas ganas horrorosas de llamar a Lucas o a Selene y contarles que tenía un mal presentimiento sobre algo, pero yo misma reconocí que era una estupidez y no quise molestarlos, ni tampoco podía contarle mis penas a mi prima, pues sería injusto atacarla con mis paranoias estando ella indefensa.
El timbre de la puerta de entrada resonó por toda la estancia. Me pregunté mil veces quién sería en el escaso periodo en el que bajaba las escaleras y llegaba a la enorme puerta de madera oscura de dos hojas. Agarré el pomo y abrí. Si ese no hubiera sido un momento tan triste, me habría parecido cómico recordar con qué indecisión abrí.
Era Selene. “Por fin” pensé con alivio.
-Hola- saludó tímidamente. Parecía molesta o triste por algo.
-¿Qué te ocurre?- le pregunté preocupada.
-Aly, sé que todo esto para ti no es nada fácil- comenzó a decir, mordiéndose el labio inferior- que estás muy hundida y, probablemente, esto te hiera más. Soy tu mejor amiga y tú la mía, y debería estar cuidando de ti, pero lo siento.
Deseé con todas mis fuerzas olvidar esas palabras y, sobre todo, que nunca hubiera pronunciado las que venían a continuación.
-Me voy, Alyson.
Con lágrimas en los ojos y un enorme nudo en la garganta, me abracé a ella con fuerza, como si así impidiera que se fuera, obligándola a quedarse conmigo.
-¿Por qué?- acerté a preguntar entre sollozos, con el rostro hundido en el hombro de mi mejor amiga.
-Mi padre tiene un nuevo trabajo en Connecticut- soltó de golpe. En ese momento supe que me estaba ocultando una parte importante de la verdad, pero lo dejé pasar. No entiendo aún por qué no le pregunté el verdadero motivo. Tal vez porque apenas podía hablar entre los sollozos de las dos, o porque presentía que ella ya estaba lo suficientemente destrozada como para encima decirle mentirosa. Muchas veces he pensado que era yo la que no quería saber toda la verdad. Pero también pensé que si ella me mentía, era que tenía que hacerlo.
Sin embargo, abrazada a ella con fuerza, con las lágrimas corriendo por mis mejillas y la tristeza doliéndome en el pecho, no pude pensar otra cosa que no fuera que ya la echaba de menos. Mis queridos se estaban marchando uno a uno demasiado rápido para que yo pudiera hacer algo por evitarlo.
Nos separamos, las dos con las mejillas rojas y los ojos llorosos. En ese momento, los de ella me parecieron mucho más verdes y distantes.
-Lo siento, de verdad- dijo- Yo tampoco quiero irme.
-Pero tienes que hacerlo- contesté con voz temblorosa. Selene asintió con la cabeza. Me dio un beso en la mejilla y, sin más dilaciones, se fue. Con la cabeza gacha, alicaída. Con los hombros tensos y paso lento y pesaroso. Pero se fue para no regresar. En algún momento de su trayecto, se volvió  y me sonrió.
-Intento protegerte- susurró más para ella que para mí- Entiéndelo.
Retuve esas palabras en mi mente para siempre. Y aún hoy no he conseguido descifrarlas.

Una vez ella se hubo ido, subí a mi habitación y me tumbé en la cama. Tuve ganas de dormirme hasta que ella volviera o de nunca levantarme de allí. Comencé a llorar desconsoladamente, confusa por el maremágnum de sentimientos que se agolpaban en mi interior. De repente, todos los desastres de mi vida formaron un inmenso huracán y, justo en el medio, estaba yo, intentando salir a duras penas.
No recuerdo cuantas horas estuve así, perdida en el agujero negro, pero sé que en algún momento me desperté, con las mejillas acartonadas a causa de las lágrimas y una desagradable sensación de vacío. La imperiosa necesidad de desahogarme hizo que cogiera el teléfono inalámbrico y marcara el número que llevaba grabado a fuego en el corazón. Estaba segura de lo que había sucedido, pero por alguna razón que desconozco, me negaba a aceptarlo.
Selene no contestó. Y eso significó que lo que yo intentaba corroborar era cierto. Se había ido de verdad.
Otro número fue marcado inconscientemente. Sentía los dedos ajenos mientras pulsaba los números, como si un “yo” demasiado desesperado y necesitado de cariño le pidiera al teléfono una señal de socorro.
-¿Sí?- sonó una voz tras el auricular.
-Silver…-murmuré con la voz temblorosa.
-Ya lo sé, Aly- me dijo con voz dulce- yo también voy a echarla de menos- no me sorprendió que lo supiera, pues Lucas siempre era capaz de leerme los sentimientos con tan sólo escuchar el timbre de mi voz.
Me mordí el labio inferior, intentando contener las palabras que purgaban por escapar de mis labios. No fue bastante. Aparte de hacerme daño, lo dije.
-Te necesito- me arrepentí en seguida.
-¿Te apetece que quedemos en la cafetería?- preguntó, intentando animarme. Asentí con la cabeza, incapaz de decir nada de lo avergonzada que estaba.
-Sí- acerté a decir, consciente de que no me veía.
-Nos vemos en el Tom’s en media hora.
-Vale- respondí. Colgué. Huelga decir que me sentí mejor sabiendo que Silver estaba conmigo y me apoyaría.
Pero lo que yo creía saber sobre Lucas, no era más que su armadura y que había demasiadas cosas que no sabía de él. No hacía falta tener poderes mentales y psíquicos para adivinarlo, tan sólo tenía que dejar mi ceguera y fijarme más en los hechos que ocurrieron durante aquel verano.
Ahora, cuando los repaso mentalmente, sigo sin saber quién es el verdadero Lucas tras su carcasa, pero creo que no me quedaré con las ganas de averiguarlo.

6 comentarios:

  1. :o :o :o dios se fue mi selene :( y que descubrira de lucas T_T estoy super intrigada :( que que que que que que que ----- siguiente capitulo ya :( me cagoentoh ;D

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  2. Mañana te regalo otra dosis :) Que si no, se me van a agotar xD

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  3. Me has enganchado!^^
    Ya tienes otra seguidora, jeje.
    Además, me encanta que cuides tu ortografía, no sabes qué difícil es encontrar gente así:)

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  4. Uhhh me encanta ^^
    La frase "Te necesito" me ha llegado al fondo xD
    Seguiré leyendo, por supuesto.
    Un beso, K :)

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  5. esta lectura tan espectacular es como un calmante lleno de esperanzas, creo que es una historia qe te llega muy al fondo del corazon y que cuando te pones a leerla dices <> Entonces es una historia que te llena de esperanzas porque es tan poco corriente como normal y parece que tu eres la protagonista, y lo pasas mal hasta el lector, pero cuando le pase algo bueno hasta el lector se alegrara lo cual seguira leyendo.
    Con lo cual si quiero seguir leyendo esta fantastica historia debere seguirte ^^
    Muchos besos =)

    P.D.: Cuando quieras puedes abrir las alas de tu imaginacion hasta mi rincon: http://luzdetinieblas.blogspot.com/
    Si te gusta la fantasia quedaras encantada ^^

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